María Benayas es alumna del Colegio Antamira de 4º de la ESO y toda una campeona de ajedrez. Con 4 años se apuntó a un torneo que se celebró en nuestro centro y, sin saber apenas jugar, quedó segunda en el mismo. A raíz de esto, sus padres le apuntaron a dar clases y ya con 5 años ganaba a su profesor.  

Las dotes de María para este deporte salieron a la luz desde muy pequeña. Por ello, para seguir desarrollando sus habilidades, sus padres la animaron a desarrollar esta afición y recibir clases en la “Casa del Ajedrez” de Madrid. Su profesor en aquel momento, Genaro Calleja, ya le vaticinó que llegaría a la final con 8 años: María logró el segundo puesto de la categoría de alevines. 

María continuó aprendiendo y desarrollando su capacidad para esta disciplina, que se vio forzada a dejar de lado el año pasado a causa de la pandemia, tras la cancelación de torneos y con el objetivo de no perder la motivación.

Un deporte que ahora ha retomado con fuerza, apuntándose a un nuevo club en Madrid “Ajedrez con cabeza”, y en cuya final ha quedado primera sin perder ni una sola partida. 

Tras el éxito cosechado se ha federado en la FEDA y confiesa estar interesada en dar clases a niños pequeños. 

¿Tienes una pieza favorita que te guste especialmente?

Mi pieza favorita, aunque esté muy infravalorada es, sin duda, el peón. Esta pieza es la que siempre se sacrifica, quien lucha por las piezas grandes, y quien si llega a la meta, consigue convertirse en quien quiera. Creo que en realidad todos somos peones en nuestra vida, si llegamos a una meta podremos convertirnos en quien queramos.

¿Qué te ha enseñado el ajedrez en tu vida escolar?

El ajedrez, me ha enseñado mucho en miles de aspectos, pero en cuanto al ámbito escolar puedo decir que me ha ayudado a planificar mi mente a la hora de estudiar, ya que este deporte supone horas diarias de estudio. ¡Hasta puedo decirte que me cansa más que el fútbol! A diario le dedico unas dos horas entre visualizar partidas propias y de otros jugadores.

Pero el ajedrez también me dice: “si has perdido la primera (en este caso como si hubieras suspendido un examen), tienes que maquinar por dentro tu arma más importante, tu mente, para centrarte en ganar esa partida (aprobar el siguiente)”.