¿Cómo llegasteis a trabajar en nuestro centro?, ¿cómo empezó todo?

La verdad es que nuestro caso fue muy particular, ya que fuimos nosotros los que escogimos este colegio para realizar nuestra actividad, de entre otros muchos.

Conocíamos a algunos profesores que nos hablaron de los proyectos y el ambiente tan especial y familiar que existía. Ellos nos animaron a entrar y no pudimos negarnos.

 

Pero vosotros no habéis dejado nunca vuestra profesión de lado, ¿Qué tal se combina con la docencia?

Es cierto que nuestra principal vocación es la de artistas, y aunque siempre nos ha encantado la docencia, no queríamos dejar de trabajar en nuestros proyectos artísticos personales.

El Colegio Antamira siempre nos brindó esa posibilidad, y creo que ha sido fundamental en nuestro éxito, ya que seguimos siendo una pareja de artistas que sigue vinculada al circuito y a las corrientes artísticas del momento y que participa de ellas. Hemos añadido esta vertiente como complemento educativo. Funcionamos como un taller de pintura tradicional, pero además hacemos exposiciones y nuestros alumnos participan cada año en numerosos certámenes y concursos a nivel local y nacional.

 

 

Certámenes en los que soléis salir airosos, ¿no?

Lo cierto es que hemos cosechado muchos éxitos. Nuestros niños han sido premiados en certámenes de entidades privadas y públicas, como el Hospital la Paz, la Comunidad de Madrid, Patrimonio Nacional o Fies, con el concurso “Que es un rey para ti”. Además, hemos sido felicitados por numerosas personalidades y cargos públicos, entre los que me quedo con una de S.M. la reina Doña Letizia, donde nos dedicó unas palabras muy cariñosas.

 

Seguro que guardáis muchas anécdotas…

Anécdotas tenemos muchas, pero de entre todas me quedo con algo que nos ocurrió el año pasado en la inauguración de la exposición de pintura de Patrimonio Nacional, en el Palacio del Pardo. En los últimos años siempre hemos tenido algún alumno de nuestro taller como finalista, pero el año pasado seleccionaron a cinco, algo que nunca antes había sucedido. Pues bien, en ese momento en el que la Infanta Doña Elena, personalidades y miembros del jurado están junto a los niños, viendo y comentando las obras de arte, Doña Elena se percató de la cantidad de obras que había del Colegio Antamira, y se puso a hablar con nuestros finalistas. Al poco tiempo los chicos se volvieron y empezaron a llamarme, así que salté el cordón de seguridad y crucé el salón con mucha vergüenza. Recuerdo lo que Doña Elena me dijo: “me ha extrañado mucho ver cinco obras del mismo Colegio, pero la verdad es que son de una gran calidad artística. Cuando he preguntado a tus alumnos me han dicho que tenían al mejor profesor del mundo. Está claro lo mucho que te quieren. Además, vuestro Colegio se ha convertido ya en un clásico de nuestro Certamen”. Casi se me saltaron las lágrimas con estas palabras.

 

 

¿Con qué os quedáis de vuestra labor como docentes?

De entre todo, con el día a día. La cara de satisfacción de un niño mirando su obra cuando la ha terminado. Eso es impagable.

 

¿Qué consejo les daríais a vuestros alumnos?

El consejo que les damos muy a menudo es que miren mucho y busquen la belleza de las cosas.